La usabilidad no es sólo una palabra bonita que suena bien en reuniones de diseño o Tech Talks. Es, literalmente, lo que separa una experiencia digital frustrante de una que te hace decir: “¡Wow, qué fácil es de usar!”.
Definición de usabilidad
La usabilidad es lo fácil, intuitivo y agradable que resulta usar un producto digital. Desde apps hasta plataformas complejas, si el usuario se pierde, algo está mal. Una buena usabilidad elimina fricciones, anticipa necesidades y guía al usuario como si todo fluyera de manera intuitiva.
¿Por qué la usabilidad te debe importar y (mucho)?
Tener un diseño bonito no es suficiente. Si tu usuario no entiende cómo usarlo, se va. Así de simple. Una buena interfaz —una que realmente se pueda usar— hace toda la diferencia: mejora la retención, reduce errores, acelera tareas y sí, también convierte más.
¿Te acuerdas de la serie Silicon Valley? En la serie, el protagonista lanza una app que promete ser revolucionaria. Todos creen que será un hit hasta que descubren que, aunque muchas personas la descargan, casi nadie la usa. ¿La razón? Sólo un grupo muy específico entendía cómo funcionaba. Para el resto, era muy complicada. O sea, cero usabilidad. Resultado: tuvieron que meterle tiempo (y mucho dinero) para corregir ese error gigante. Moraleja: si no se puede usar, no sirve.
¿Cómo se mide la usabilidad?
Y entonces, ¿cómo saber si tu plataforma es amigable? Muy fácil, puedes aplicar alguna de estas herramientas, aquí te decimos en qué consiste cada una.
Tests de usuario
Consiste en dar tareas reales a personas reales (comprar, llenar un formulario, encontrar info) y ver si sobreviven. Cómo se mide:
- Tasa de éxito: ¿Cuántos llegaron a la meta sin perder la fe?
- Tiempo en tarea: ¿Cuánto tardaron? ¿Siguen vivos?
- Errores cometidos: Clics fallidos, pantallas que confunden, frustración general.
A/B Testing (el ring de los diseños)
Pones a pelear dos versiones de una página (la A vs. la B) y ves cuál gana en la vida real. Cómo se mide:
- Tasa de conversión: ¿Cuál vende más? ¿Cuál logra más registros?
- Interacción: ¿Cuál hace que la gente se quede, explore o vuelva?
Mapas de calor (el termómetro de la atención)
Herramientas como Hotjar muestran dónde hacen clic y scroll tus usuarios, y qué partes ignoran olímpicamente. Cómo se mide:
- Zonas calientes: Lo que llama la atención
- Zonas frías: Lo que nadie nota o no saben bien qué es
Grabaciones de sesiones
Videos de usuarios reales usando tu web/app. Literal, ves todo. Cómo se mide:
- Patrones raros: Gente que se traba, repite clics y se pierde, entre otras cosas
- Comentarios contextuales: Cuando alguien dice “Y ¿esto qué hace?”, tienes un problema
Encuestas y SUS (System Usability Scale)
Cuestionario estándar de 10 preguntas para medir qué tan usable es tu producto. Cómo se mide:
- untaje SUS: De 0 a 100. Si estás bajo 70... ¡Ouch!
- Comentarios abiertos: Oro puro si sabes escucharlos
Métricas de analítica (el lado oscuro de Google Analytics)
- Tasa de rebote: Gente que entra y huye
- Páginas por sesión: ¿Exploran o sólo vieron la portada y dijeron “Meh”?
- Duración: ¿Se quedaron un rato o fue un “Entro y me voy”?
Los principios de usabilidad de Jakob Nielsen
Jakob Nielsen es un gurú de la usabilidad. Lleva décadas estudiando cómo hacer interfaces que no hagan sufrir a la gente. Fundó Nielsen Norman Group junto a Don Norman (sí, el del libro de The Design of Everyday Things) y básicamente, puso las reglas del juego para diseñar experiencias decentes.
Si tu diseño no cumple con estos principios, prepárate para ver a tus usuarios huir como si hubieras puesto Comic Sans en negritas.
- Visibilidad del estado del sistema: no dejes al usuario en la oscuridad. Si algo está cargando, dilo. Si se guardó, confírmalo. Si explotó... bueno, avísalo con estilo.
- Concordancia entre el sistema y el mundo real: usa palabras que la gente entienda. Nada de “Error 409 – Conflicto” cuando puedes decir “¡Oops! Esto ya existe”.
- Control y libertad del usuario: el usuario se va a equivocar, dale un botón de “deshacer” o “cancelar”. Que no tenga que vivir con sus errores como en la vida real.
- Consistencia y estándares: si el botón de cerrar está arriba a la derecha, no lo pongas en medio. No quieras romper reglas sólo porque sí.
- Prevención de errores: no dejes que el usuario meta la pata. Si puede poner letras en un campo numérico, ya fallaste.
- Reconocimiento antes que recuerdo: pon las cosas a la vista. No hagas que el usuario memorice pasos o info para seguir. Esto no es un examen sorpresa.
- Flexibilidad y eficiencia de uso: atajos, sí. Pero sin complicar lo básico.
- Estética y diseño minimalista: no llenes de texto, íconos y efectos, sólo porque sí. Si algo no ayuda, estorba. Y si es así, bye.
- Ayuda para reconocer y recuperarse de errores: nada de códigos crípticos. Di qué pasó, por qué y cómo solucionarlo. Y sin hacer sentir tonto al usuario porfa.
- Ayuda y documentación: si alguien necesita una mano, que la encuentre fácil. Breve, clara y al grano. No es el Quijote, es una guía.
¿Cómo aplica la usabilidad en la UX /UI?
Influye en todos: desde cómo organizas el contenido hasta los microcopys que guían al usuario. El diseño completo debe rendirle culto a la usabilidad. En UiX, por ejemplo, diseñamos flujos que hacen que la gente diga “No sé por qué me encanta esto… pero ¡me encanta!”. Ese “No sé por qué”, es puro diseño con cabeza. Es usabilidad bien hecha.
¿Quieres hacer equipo?